sábado, 12 de noviembre de 2011

Isabel Coixet presenta

He de decir que si bien intento mantener una mente abierta frente al arte, la videocreación es algo que no me había interesado mucho (animaciones aparte). El segundo proyecto después de las fotos en b/n ha sido un single-shot video, usease, video sin cortes, máximo 3 minutos; a partir de ahí, lo que quisiésemos.
Después de devanarme los sesos, muchos videos absurdos, muchos videos directamente mierder, perderme por Leicester con mi amiga Blanca y que casi nos encierren en un cementerio, cambié de idea totalmente y grabe esto.
Hace tiempo lei/vi/escuché algo que no recuerdo, aunque le idea principal no sé cómo se me quedó grabada: durante la juventud, el ser humano se cree invencible e inmortal; es un momento de fantasía en el que todo parece posible y quería hablar sobre ese instante de soberbia que a lo mejor es hasta necesario. Os dejo la traducción del poema que se escucha (recitado por mi amigo Shawn), escrito por Walt Whitman; ella, como no podría ser de otra manera, es Blanca.



¿Por qué he de rezar?
¿Por qué he de inclinarme y suplicar?

Después de escudriñar en los estratos,
después de consultar a los sabios,
de analizar y precisar
y de calcular atentamente,
he visto que lo mejor de mi ser está agarrado de mis huesos.

Soy fuerte y sano.
Por mi fluyen sin cesar todas las cosas del universo.
Todo se ha escrito para mi.
y yo tengo que descifrar el significado oculto de las escrituras.

Soy inmortal.
Sé que la órbita que escribo no puede medirse con el compás de un
carpintero,
y que no desapareceré como el círculo de fuego que traza un niño en la
noche con un carbón encendido.
Soy sagrado.
Y no torturo mi espíritu ni para defenderme ni para que me comprendan.
Las leyes elementales no piden perdón.
(Y, después de todo, no soy mas orgulloso que los cimientos desde los
cuales se levanta mi casa.)

Así como soy existo. ¡Miradme!
Esto es bastante.
Si nadie me ve, no me importa,
y si todos me ven, no me importa tampoco.
Un mundo me ve,
el mas grande de todos los mundos: Yo.
Si llego a mi destino ahora mismo,
lo aceptaré con alegría,
y si no llego hasta que transcurran diez millones de siglos, esperaré...
esperaré alegremente también.
Mi pie está empotrado y enraizado sobre granito
y me río de lo que tu llamas disolución
por que conozco la amplitud del tiempo.



Poco más que decir: mis peleas con el dichoso Mac fueron épicas, como también lo fue la presentación de trabajos. Muy al contrario de lo que esperaba, estuvieron bastante bien todos (mucho mejor que algunas exposiciones a las que he ido).

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