Por lo que cuento en el otro blog y las fotos que habreis visto en el Facebook os creereis que estoy todo el día de cachondeo, pero no os creais. Lo que más me gusta de estar aquí es que hay tiempo para todo.
La Facultad es muy distinta a la de Sevilla. Para que os hagais una idea, brevemente explicado, aquí la carrera de Bellas Artes son tres años. Durante el segundo curso, que es en el que he entrado yo por estar de Erasmus, hasta diciembre escojo entre cuatro modalidades: pintura, escultura, técnicas de grabado y lens based media, mi opción, en el que nos mandan como cuatro pequeños proyectos que tenemos que ir completando. Mientras, en historia del arte, tenemos que escoger un tema y hacer un trabajo de investigación para enero (le he vendido la moto a la profesora, y está encantada con que lo haga sobre comics).
A partir de enero hacemos lo que nos da la gana, además de seguir con CPS (Contextual and Professional Studies) que son una serie de trabajos orientados al futuro laboral, como por ejemplo la creación de un buen currículum, una entrevista a alguien relacionado con el mundo del arte, un proyecto profesional, etc. Las horas que tengo de clase presencial no llegan a 8 (martes y miércoles) pero aquí viene la mayor de las diferencias: se espera de ti que trabajes por tu cuenta en proyectos propios; tanto es así, que te facilitan un pequeño estudio durante la semana.
Llevo dos meses y poco aquí y mi manera de ver la carrera ha cambiado considerablemente. Aunque echo un poco de menos el consejo del profesorado, he visto que no hay método de disciplina más duro que yo misma, aun más cuando puedo centrarme en hacer mis propios proyectos y no cualquier tontería que no me aporte nada. Estoy todo el día metida en el estudio, la biblioteca o en el aula de revelado y tengo varias cosas entre manos como por ejemplo:
-¿Os acordais de que este verano me entusiasmé con los collages? Pues todavía más lo estoy ahora. Tengo un cuaderno maravilloso en el que por medio de las imágenes modificadas voy contando lo que veo, lo que me pasa y lo que recuerdo. Desde recopilar todas las fotos (revistas, Internet, panfletos, mis propias fotografías...todo lo que pillo) hasta el proceso de dejar actuar a la intuición y el diseño, es lo más relajante que he hecho en mi vida, además de muy util y para nada fortuito.
-Otro cuaderno muy parecido está siendo víctima de mi intento por volver a la ilustración, si es que alguna vez puse un pie en ese terreno. Parte del pacto conmigo misma, es volver a participar en cada ocasión con la magnífica Puerta de Tannhauser, en la que ya está colgada la última entrega con el trabajo como siempre de un buen puñado de ARTISTAS.
-Para algo estoy estudiando lens based media, y además de mucha fotografía analógica, me volveré a España con un par de series: una evidentemente de todo lo que estoy viendo por aquí, y otra no terminada, pero si ampliada, sobre trayectos en distintos medios de transporte.
-Y por último, aunque tengo algunas que otras ideas por ahí, hay un proyecto supersecreto con el que estoy muy contenta. Lo del supersecreto tiene su por qué: está todavía muy verde y lo que menos quiero es gafarlo, pero si sale bien estoy segurísima de que a muchos de vosotros os va a gustar, y que yo lo voy a disfrutar mucho.
Y como no tengo fotos en condiciones del estudio de la facultad, os dejo las del estudio improvisado de mi cuarto, donde trabajo los fines de semana. Atentos a mi paleta-tapa de caja de pizza.
Saludos, amiguetes!
jo, qué bien, kry... me alegro de verte tan motivada! =) estoy deseando de ver tus proyectos. Un abrazo bonita! =)
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