Después de tirarme mirando con desdén las pinturas desde mayo, por fin me he puesto manos a la obra. Y qué diferencia.
Pasar de hacer cosas que no me gustaban, bajo la tutela de alguien con el que no me entendía, a hacer lo que me ha dado la real gana (que no tengo ganas de pintar flores y desnudos clásicos, joe, que a mi lo que me gustan son las frikadas) no tiene precio.
Acrílico sobre tabla preparada a conciencia (marmolina, cola, pelusa de mi cuarto,...)
50x60 apróx. (con sombra de la parte de abajo del caballete incluída)
Que bien me lo he pasao, ossshe.
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